Llevamos una semana cargada de sexismo, discriminación, intolerancia y abuso. Vaya semanita!
También, en esta misma semana hemos conocido, sin duda una de las mejores noticias para fortalecer los derechos ninguneados de las mujeres: la dimisión del ministro Gallardón, que con su suma injusticia pretendía dejar sin valor a cualquier mujer que quisiera decidir por ella misma.
El ex ministro pretendía volver a los años 80, olvidando cualquier tipo de derecho o voluntad y además, aspiraba a callar la lucha por la igualdad y los derechos fundamentales de las mujeres, que hoy en día, todavía merecen la lucha.
Está claro que el gobierno ha dado un paso atrás, no por la convicción de haber hecho algo realmente nefasto para la mujer y querer ponerle fin, sino por el deseo de aquellos votos que próximamente se veían por perder. Conviene más acallar muchos que hacer hablar a pocos. Porque realmente, ellos saben que son pocos los que se concentran delante de Génova para llorar los derechos de unas mujeres a las que se los prohíben y niegan ellos mismos por que sí.
De repente es un aire fresco en el panorama, pero solo es un aire, esa es la realidad. La desigualdad en los derechos de las mujeres está cada día frente a nosotros y casi no nos extrañamos cuando hay personas que defienden que es así, que la desigualdad existe y que las mujeres, no se pueden comparar en según qué aspectos con los hombres.
Esta misma semana han nombrado a una mujer como entrenadora de la Copa Davis. En mi ignorancia tenística, no sé si es competente o no para hacerlo, lo que está claro, es que los que decían que no era la adecuada, lo decían por ser mujer y no por su competencia. Así que, nos encontramos con comentarios de gente con conocimiento máximo del tenis declarando que una mujer no puede estar en el vestuario de unos cuantos hombres, ya que podría ser incómodo.
Lo que es realmente incómodo es que una mujer tenga el poder de mandar, de disponer y de decidir por unos hombres. Lo que es realmente incómodo es el hecho de que algo pueda cambiar y algunos pocos no hayan dado el permiso. Lo que es realmente incómodo es que los derechos tengan visos de irse recuperando y hombres y mujeres sean iguales.
Y menos mal, que también en esta semana hemos sido testigos que algo impactante, imprescindible y necesario: el discurso de la niñita de Harry Potter a los grandes mandatarios de la ONU. Alguien de Hollywood, a la que se le presupone poco seso y poca implicación social, por su puesto desde la ignorancia más absoluta, nos ha dejado boquiabiertos con sus grandes palabras sobre feminismo, igualdad y derechos humanos. Un discurso básico para transmitir a todo el mundo, por la cercanía y el valor de las palabras. Necesario para educar y necesario para construir un mundo de igualdad en derechos.
Un discurso tan básico y necesario que muchos ya han pretendido acallar amenazando con poder sacar a la palestra fotos de ella misma desnuda. De nuevo, se amenaza a las mujeres con sus cuerpos, como si todo el mal que las mujeres puedan hacer es estar desnudas y hacerse una foto.
Todavía hay mucho que luchar, mucho que cambiar y mucho que educar.
Muy bien
gracias