MAGALUF: DONDE LA VEJACIÓN SE CONFUNDE CON LA RISA

Magaluf se está ganando a pulso ser el primer destino del turismo de borrachera, drogas y excesos. Los turistas, en sus mayoría ingleses, han hecho de Magaluf su reino de la desproporción en todos los sentidos, excepto en el sentido del gasto, el cual continua siendo low cost.

Los hoteleros de la zona quieren que esto cambie, pero siguen ofreciendo el mismo tipo de tarifas “todo incluido” al que solo tienen acceso los jóvenes veinteañeros, sin dinero y por lo comprobado en más de una ocasión, sin cabeza.

El exceso de alcohol conduce casi inevitablemente al exceso de droga y este, inevitablemente a realizar conductas, que en condiciones normales, nadie haría, pero que ellos en sus condiciones anormales y veraniegas, las hacen sin parar.

Después del “balconing”, varios muertos por intentar acceder de un balcón a otro de los hoteles, casi cada semana, pasamos a la “droga caníbal”, una droga cuyos efectos te pueden convertir en una mezcla de hombre lobo, drácula y zombi a partes iguales, con pérdida total de la conciencia y  con conductas que incluso en un psiquiátrico, serían difíciles de observar.

Y por último, nos encontramos con lo que ya han denominado el “mamading”, que no es más que la absurdez pura y dura y el resultado de la tontería suprema. ¡Lo que puede hacer la gente cuando va demasiado puesta como para tener respuestas coherentes!

Ha sido un gran revuelo dar conocimiento de esas prácticas, aquí muy cerca de donde nosotros estamos. Y nos hemos echado las manos a la cabeza, ya que nos es muy difícil comprender cómo hay personas que sean capaces de hacer ese tipo de cosas.

¡Cómo es posible que chicas y chicos normales en sus casas, que pena que no se hubieran quedado allí, se transformen, cual Mr. Hyde de sexo salvaje y solo busquen el exceso, el llamar la atención y por supuesto nada el placer y la cordura!

Que denigra a la mujer, está claro. Pero creo, más bien, que son ellas las que no se respetan y se infravaloran, mostrándose como carne de cañón ante los ojos de ellos, que en esos momentos, seguramente solo pueden pensar con lo que está entre las bocas de ellas.

¿En qué momento una mujer quiere chupar todos los penes del local, haciendo de aspiradora de vaya usted a saber cuántas cosas?, ¿Qué ganan ellos haciendo una fila y manteniendo sus penes semi flácidos hasta que una chica los mete en su boca dos segundos?, ¿Por qué todo esto genera tanta excitación social, mucho más que cualquier excitación sexual?

Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra y quien no hay hecho algún exceso en su vida, posiblemente es que nunca ha salido ni a la puerta de la calle, pero hay cosas absurdas que no hay por dónde cogerlas. Que Magaluf sea un reclamo, aún más fuerte que al comienzo del verano debido a todos estos hechos irracionales, me hace pensar, y concluyo muchas veces de la misma manera: ¡qué poca educación sexual tienen los jóvenes!

Necesitaríamos educación sexual en vena para poder combatir todo este tipo de conductas estúpidas, en las que se confunde la vejación con la risa, la diversión con la irracionalidad, el poder con lo penes, la falta de cabeza con cualquier expresión de tipo sexual denigrante y maltratadora de chicas fuera de sus cabales.

La educación sexual, ofrece a chicas y chicos, el conocimiento de que la sexualidad es un valor a respetar, íntimo, rico y no un concepto manido y miserable con el cual avergonzar.

El respeto, la autoestima y valor por las personas es algo que no crece espontáneo a los 20 años, si no que se ha tenido que ir cultivando desde la niñez, creando personas fuertes y con valor a ojos de cualquiera.

Eduquemos, eduquemos, la educación es un valor.

 

consulta@sersexual.com

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