FANTASÍA SEXUAL: LOS FOGONES DE NUESTRO DESEO

Las fantasías sexuales suscitan el deseo, imprescindible para que comience un encuentro erótico.

El deseo hace moverse para conseguir lo que se desea, la chispa se enciende. Y una vez que se desea, mantenemos la llama de varias maneras, pero la mejor es por medio de la fantasía.

Las fantasías sexuales son pensamientos o imágenes que se evocan, mantienen el deseo y comienzan la excitación. Tenemos suerte, porque  al fin y al cabo, es algo sencillo y  gratuito;  se desechan cuando ya no son útiles y se inventan otras nuevas para cumplir esa misma función.

Mucha gente teme fantasear. Quizá es por la sensación de perder el control o dejarse llevar demasiado. Precisamente, ese es el objetivo de la fantasía. Otra gente no acepta estas imágenes por su contenido y son incapaces de integrarlas dentro de su repertorio sexual. Quizá son demasiado buenas.

Prescribimos la fantasía para mejorar la erótica de la persona, de manera individual o en pareja y aprender a fantasear forma parte de la mayoría de los tratamientos de disfuncionalidad sexual.

La fantasía es una mezcla de mente, cuerpo y emoción. En ocasiones, proceden de nuestra experiencia, lo que aderezadas con múltiples contenidos que pueden ser inventados, irreales e ilógicos.

Es igual el origen que tengan las fantasías. Lo importante es la función que cumplen. Estimulan y propician el orgasmo, refuerzan la autoestima y protegen.

Las fantasías se pueden contar o no. Nadie está obligado a contar sus fantasías. Pertenecen a lo más íntimo de cada persona y solo depende de ella, si lo quiere o no compartir. Quizá en algún caso, compartir esa información aumente la fantasía y el deseo, pero en otros caso, puede romper  la chispa. En cualquier caso, es la elección de la propia persona lo que quiera hacer con su fantasía.

La pareja no tiene por qué saber todo lo que se cocina en nuestro interior. Tenemos el derecho de conservar cierto fogón en la intimidad, si ese es nuestro deseo. Eso no estará indicando que estamos dejando de querer a nuestra pareja. Simplemente, indica que deseamos y que somos capaces de obtener nuestra propia satisfacción con un clic de la mente.

De todos modos, a pesar de que la fantasía mejora cualquier relación erótica, no está muy extendida su práctica, ya que todavía se piensa que fantasear, es en cierto modo, una forma de engañar a la pareja. También se suele pensar que unx no se puede permitir el evadirse con cosas ajenas a la vida en pareja.

Error grave de concepto.

La fantasía es libre, motiva, excita y tenemos que acudir a ella porque es una manera de unir nuestro cuerpo con nuestra mente y así sentir aún más placer.

Los contenidos de las fantasías son ilimitados, como por ejemplo, mantener relaciones sexuales en grupo, mantener relaciones con personas del mismo sexo, con parejas anteriores, con algún actor o actriz famosa, etc. Ese tipo de fantasía son las más socialmente aceptadas, más o menos comunes y no escandalizan. Existen, por otro lado, otro tipo de fantasías que no están tan socialmente aceptadas, si no todo lo contrario. Son fantasías, que por ejemplo, evocan una violación o un abuso, sadomasoquismo, etc. y  del mismo modo que las anteriores, cumplen la función de excitar y de llegar al orgasmo. ¿Cómo es esto posible?

Es posible, porque las fantasías son fantasías y no realidad. De hecho, no tienen porque nunca convertirse en realidad. Este tipo de fantasías son más comunes de lo que nos podríamos imaginar, lo que sucede, es que forman parte de las intimidades de cada cual. Y nos preguntamos ¿cómo somos capaces de excitarnos con esa fantasía?, ¿cómo se ha instalado en mi mente este pensamiento que es socialmente inadaptado? Posiblemente podríamos encontrar un nexo de unión entre la fantasía y realidad, pero quizá no. Las peculiaridades eróticas hay que asumirlas y vivirlas, siempre y cuando no afecten a terceros y la persona no sufra por tenerlas.

Si quisiéramos evitar pensar una cierta fantasía, no haremos más que hacerla presente en nuestro pensamiento, disfrutemos de ella, sabiendo que no es realidad, pero que la mente tiene sus propias reglas que ni siquiera nosotrxs podemos entender.

Desarrolla la fantasía. Intégrala en tus contactos eróticos. Disfruta de la sexualidad.

consulta@sersexual.com

 

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