En la naturaleza todo está pensado para que el macho y la hembra tiendan a la reproducción. Si esto no fuera así, ya todo habría acabado.

En primer término, los machos y las hembras son diferentes, lo que se denomina dimorfismo sexual, de tal manera que facilita que se identifiquen y que tiendan a copular. Los machos suelen ser más vistosos, con plumajes llamativos en el caso de las aves, por ejemplo, con mayor corpulencia en el caso de los mamíferos, etc. con la intención de que sean atractivos para las hembras. Además los machos resultan ser aún más vistosos y llamativos en la fase de cortejo, donde empiezan a rondar a la hembra con tal de que ella de su permiso para la cópula.

Las hembras, por su parte, son atractivas para los machos solo en su fase de estro, es decir, en el periodo en el cual son fértiles y se pueden reproducir. Emiten ciertas feromonas y olores específicos con los que el macho las identifica para poder procrear.

El bipedismo es el hito que marca un antes y un después en la relación humana: amor y afectos,  y se define como el hecho en el cual nuestros antepasados primates se ponen a caminar sobre dos piernas. Esto hace que el estro de la hembra sea permanente, de tal manera que siempre es atractiva para el macho, incluso en periodos de no fertilidad.

Por eso, el bipedismo es considerado un hito, ya que hace que se separe totalmente la reproducción y la sexualidad. Sexo para tener hijos y sexo para tener placer.

Por eso desde entonces, aunque no lo sepamos, tenemos libertad para tener relaciones sexuales en el momento en el nos apetezca, sin pensar que ello conlleva a la reproducción y solo por la reproducción.

Lo que ha sucedido durante siglos es que la sexualidad se ha supeditado a la reproducción y no al placer. Nos han hecho confundir, desde siempre,  pensando que la relación sexual solo tiene la finalidad de la reproducción y aunque su función biológica, por supuesto sea esa, la función psicológica y social de la sexualidad es más que constatada.

Somos seres sexuales y la sexualidad nos hace sentir únicos y libres.

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