
El machismo, ya sabemos todxs que mata.
Pero, a veces, no le hace falta llegar a hacerlo.
A veces, le basta con bromear y decir que las mujeres son demasiado sensibles o demasiado frescas o demasiado libres.
A veces, le basta con minusvalorar lo que las mujeres dicen o hacen.
A veces, le basta con tratarlas como objetos sexuales en la publicidad.
A veces, le basta con insultarlas y menospreciarlas.
A veces, le basta con pagarles un sueldo menor o ignorarlas en sus competencias.
A veces, le basta con culparlas, chantajearlas o ignorarlas.
A veces, le basta con controlarlas, obligarlas o coaccionarlas.
A veces, le basta con humillarlas, despreciarlas, tratarlas como escoria, porque son mujeres.
A veces, le basta con gritarlas, amenazarlas e insultarlas.
A veces, le basta con violarlas, vejarlas y abusar de ellas.
A veces, le basta con pegarlas.
Eso duele.
Pero, no más que todo lo anterior.
El machismo, también, mata.