El poder lo de virtual hace que todo sea de todos, y que todos podamos poseer todo, por supuesto, virtualmente.
Podemos poseer, decoraciones, casas, cuerpos, vidas y fotos privadas de alguien que por supuesto no quiere que las poseamos.
Es de actualidad el tema del robo de intimidad, y evidentemente, de chicas super famosas, estrellas de cine e incluso ganadoras de un óscar. Se acecha, se buscan, se hurtan las diferentes grabaciones, hasta que se consiguen, en un lugar, seguro que prohibido y ajeno a las leyes, pero, eso qué más da!
Luego están otros casos, los de chicas normales y corrientes que se ven envueltas en la misma tesitura y que en su mundo, de más reducidas dimensiones, se ven vilipendiadas, por sus novios o espero que ex y expuestas a la palestra, por haber hecho, ay pobre de ellas, algunas acciones que no hubieran debido hacer.
Muchas personas piensan, que el mero hecho de hacer algo, da permiso a los demás de avasallar la intimidad. Es como: “si ella si he hecho esas fotos, enseñando teta y pezón, pues ahora no le importará que la gente lo pueda ver, claro” y además se llega a una respuesta común que es: “que no lo hubiera hecho”.
Entonces es donde nos encontramos con que la libertad de hacer lo que a cada uno le plazca, con su erótica, con su sexualidad, con su tiempo libre, con su cuerpo, se junta con la libertad, el morbo, la mala idea y la falta de escrúpulos de otro de publicar lo que le dé la gana.
Es una línea difusa, donde dos derechos se pisotean, pero la respuesta no es: “que no lo hubiera hecho”, sino aprender a respetar y a comprender que es mejor no hacer lo que no quieres que te hagan a ti. La verdad es que es sencillo.
¿Es que la intimidad no existe?, ¿Por qué no existe en internet?, ¿Por qué una persona tiene el derecho de vender fotos de otra, si sabe a ciencia cierta que lo único que va a conseguir es crítica, estupor y el morbo de otros?, ¿Por qué la intimidad, ese reducto único y exclusivo de cada cual, puede ser convertido en “me gustas”, “retwits” y demás clicks de internet, bajo pago de una millonada o por el mero hecho del disfrute con las penas ajenas.
Se pretende ridiculizar: tetas, culos pezones…todo es ridiculizable, todo es risa y pena al mismo tiempo. Internet es así, tiene una ley laxa, en la que vale casi todo.
A mí las tetas y los pezones me gustan, no me dan risa, además pienso que cada una puede hacer en su intimidad lo que quiera, fotos, striptease, el pino puente, lo que sea. Pero detesto que la gente diga que la persona en cuestión se lo ha buscado por hacerlo.
Eso, me repatea el estómago.
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