Muchas veces se dan problemas en la pareja por una simple cuestión de combinación de roles. Cuando los roles asignados socialmente a las mujeres son compartidos por el hombre y viceversa, se puede producir, en algunas ocasiones, un malestar en alguno de los dos miembros, ya que no concibe, en realidad, que esos roles se puedan compartir o combinar.

Es algo forjado e incrustado profundamente dentro de cada miembro de la pareja, y se asume que los hombres se comportan de tal manera y las mujeres de tal otra. Salirse fuera de este patrón, puede causar alguna controversia.

Si a una mujer le gusta ser activa en los encuentros eróticos, tomar la iniciativa, idear nuevos lugares, imaginar y fantasear,  puede dejarse llevar y disfrutar. O también, puede ocurrir que de repente entienda que no está haciendo el papel que le toca y se quede retraída a la espera de que él sea el que toma este rol, posiblemente nuevo para él.

Entender que nada es solo masculino ni solo femenino es un gran paso que tendremos que dar en relación a las parejas. Comprender que

Si una mujer adopta un rol típicamente masculino, pues que disfrute con él y si por el contrario, su pareja, hombre, adopta un rol más típico de las mujeres, pues perfecto si él está feliz siendo así.

La cuestión es que tenemos que desligarnos del hecho de creernos que alguna conducta o comportamiento es estrictamente de hombres o de mujeres. Este pensamiento nos hará muy rígidos y no nos dejará ver el bosque de toda la diversidad de actitudes que en realidad se pueden compartir, combinar y adoptar por los dos sexos. El concepto de intersexualidad identifica esto precisamente, entre lo masculino y lo femenino, hay infinidad de posibilidades, que se pueden compartir, combinar o intercambiar. Nada es completamente puro o en principio, no tiene por qué ser así, aunque la sociedad y la cultura en la que vivimos, nos aporte ciertos condicionantes de los que nos es difícil desligar.

Por eso, lo importante es enseñar en consulta, que nada es tan estático como parece, que todo vale y todo está bien si la persona se siente realizada con ello. Si nos encontramos con una persona que sufre porque quiere desarrollar un rol que le ha sido asignado socialmente y no le sale, le tendremos que transmitir que esta disposición de roles ha sido elegida por algunos, pero  eso no quiere decir, que esa norma sirva para todos.

Darse permiso para poder cambiar de rol, es algo realmente excitante para algunas parejas, de este modo se flexibilizan más los roles y se empieza a asumir que el cambio es posible y que siempre puede aportar algo nuevo en la pareja.

Es mejor disfrutar y sentirse bien, con lo que se hace o no se hace, sin pensar que si es algo propio de un género o de otro.

La rigidez de roles da paso a la inflexibilidad y la falta de tolerancia.

Disfruta del rol que quieras desempeñar y disfrutarás más de la pareja.

 

consulta@sersexual.com

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