CUANDO EL AMOR ENTRA POR LA PUERTA, EL DESEO SALTA POR LA VENTANA

 

Es difícil admitir que el deseo y el amor son contradictorios en sí mismos. Es difícil comprender que cuando el amor llega a la pareja, irremediablemente el deseo se esfuma. Muy duro el entender que los tiempos pasados ya no volverán y que la chispa, la novedad y la incertidumbre de los primeros momentos, ahora se han vuelto predecibles y normales, por supuesto, sin chispa y sin novedad.

Entonces, ¿qué le queda ya a la pareja?, ¿entendemos así que una pareja en AMOR, es una pareja que no DESEA?

Por supuesto que no, iremos por partes.

Una pareja en AMOR no es lo mismo que una pareja ENAMORADA. El AMOR está definido por aquello que consideramos la tranquilidad, la seguridad, la dependencia, el bienestar, la confidencialidad y el sentido de pertenencia, entre otros. Es un estado de paz y serenidad. Fiable y controlado.

En cambio el DESEO es todo  aquello que entendemos como opuesto al AMOR. El DESEO está más relacionado con el hecho de estar ENAMORADO/A. Una situación incontrolable, impredecible e inimaginable. Es además, todo un misterio, una aventura, riesgo, sorpresa y aventura, azar puro donde puede ocurrir, cualquier cosa.

La cuestión es: ¿si amas,  ya no deseas?, ¿si no se desea, como se mantiene la chispa erótica?

Es difícil asumir que esto ocurre así inevitablemente en todas las parejas, pero efectivamente, algunas de ellas, continúan estando juntas y doy fe que el deseo, aunque ha cambiado de grado se puede reinventar, una y otra vez, con fantasía, dosis de novedad y cambio y por supuesto, mucho sentido del humor.

Así que, aquellas parejas que lleváis un tiempo de relación, aquellas que habéis pasado a la fase superior en la cual parece que ya no existe la chispa: no temáis, hay alternativas.

Lo primero es comprender el hecho de que el deseo cambia, se modifica y que ya no es tan intenso. Es la parte más complicada, porque muchas personas, sobre todo los hombres, comprenden el deseo erótico como algo impulsivo, animal y sin previo aviso, y claro, tener que comprender que ahora el deseo se ha de trabajar, es complicado.

Una vez comprendido esto, se ha de saber que el deseo puede bajar de intensidad pero existe la posibilidad de que ambos vayan subiendo la intensidad, con un buen trabajo de imaginación, al fin y al cabo, cuando la pareja empieza a aburrirse, es porque se les está acabando la imaginación. Es el momento de ponerse manos a la obra.

¿Qué hace la pareja entonces? Innovar, cambiar, modificar, todo lo que haga que el patrón de encuentros eróticos cambie y proporcione esa novedad y sensación de misterio, aventura y azar. Cada pareja podrá proponer sus diferentes momentos, dependiendo de sus gustos o su  biografía personal, aunque también se puede ser más radical y proponer algo realmente diferente.

Así pues, salir fuera del hogar es una buena alternativa; un hotel, un albergue, un refugio de montaña, lo que sea, pero que sea diferente a lo habitual. Estimular la imaginación a base de pensamientos en clave erótica, lecturas, escenas eróticas o de porno que se haya visto, de tal manera que formen parte del repertorio de escenas mentales que se usen realmente, cuando se necesiten o utilizar objetos sexuales nuevos que entren a formar parte del juego erótico y del divertimiento. Con el objetivo de que enciendan la chispa del deseo y hagan que la excitación llegue con más facilidad.

Cualquier cosa, todo vale, si el objetivo es subir la llama.

Y daros prisa, antes de que se apague del todo.

Si quieres saber más, no dudes: consulta@sersexual.com

 

 

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