Hay ocasiones en que la pareja se lleva muy bien, no tienen ningún tipo de problemas y tienen una vida de lo más armonioso. En definitiva, se llevan con dos buenos hermanos.

Ese sería un buen objetivo a conseguir, si no fuera porque la pareja no tiene que ser ni sentirse como hermanos, ya que está perdiendo gran parte de la esencia de la pareja.

Si una pareja se lleva “como hermanos”, lo que normalmente estamos diciendo, es que la pareja hace tiempo que no se relaciona sexualmente. La sexualidad y las relaciones íntimas, son las que diferencian a las parejas de otro tipo de relación o parentesco.

¿Qué pasa cuando el AMOR se carga la sexualidad de la pareja?, ¿puede ocurrir esto en realidad aunque parezca una paradoja?

Nos vemos movidos por tres sistemas motivacionales: el sexual, el de apego y el de cuidado. Un sistema de apego fuerte, unido a uno de cuidado, también muy fuerte, pueden hacer que se descuide el tercer sistema, el sexual y así, nos encontramos con una pareja que no tienen más en común que un precioso amor sin piel.

El objetivo en terapia es ayudar a esa pareja, que se quiere y que se relaciona de un modo adecuado y reforzante, a que aprenda a relacionarse dentro del plano sexual y recupere el sistema sexual de motivación, que sin duda, les proporcionará mayor bienestar y felicidad de pareja.

En principio es fácil que esta pareja, que se quiere y se aprecia, tengan opciones de desarrollar la esfera sexual, que han dejado de lado, pero aún así, sería necesaria una asesoría sexológica o terapia para poder conseguir este objetivo.

Despertar el deseo, aprender a fantasear, salir de la rutina, propiciar encuentros, vivir situaciones como amantes y en definitiva recuperar la llama o al menos la chispa, que en su día inició la relación, son los objetivos fundamentales donde basaremos la terapia.

Puede ser que la pareja se haya acostumbrado tanto a vivir sin sexualidad, que no necesite una terapia para conseguirlo. Por supuesto que sí. Si la pareja vive feliz y en armonía y ninguno de los dos se muestra incómodo por perder gran parte de su vida en pareja, no hay tema que tratar.

Solo hay problema cuando existe conciencia del mismo, si no hay conciencia, el trabajo como sexólogos y sexólogas quedará en el tintero.

De todos modos, si la pareja vislumbra esta apatía, que la rutina les come, que ya no comparten momentos íntimos y que la persona que vive al lado parece un vecino, sería necesaria, desde mi punto de vista una intervención sexológica, antes de que la apatía, acabe con los dos.

Recuperar la intimidad y el placer son los ingredientes fundamentales para que haya una auténtica felicidad de pareja.

Si necesitáis ayuda para conseguirlo.

consulta@sersexual.com

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